Los viajes a los campos

Un viaje a Buchenwald: una lección que no se olvida

Con el inexorable paso del tiempo, la memoria de la deportación y todas las memorias asociadas han ido perdiendo sus referentes vivos: las personas que vivieron en sus propias carnes la guerra, el exilio, los campos franceses, las detenciones, los largos trayectos en tren y el malvivir en los campos de concentración y de exterminio. Los supervivientes fueron la principal fuente de información y conocimiento de aquellos duros años de franquismo y nazismo. Muchos de ellos pusieron su voz y sus recuerdos al servicio de la causa del «Nunca Más», para que todo no se perdiera en la pesadilla del olvido. Su testimonio nos acompañó durante años: en las instituciones, en las escuelas, y en los actos conmemorativos.

El silencio que impregnaba los espacios durante sus intervenciones y la emoción que despertaban en los más jóvenes eran sobrecogedores. Se humedecían muchos ojos cuando explicaban cómo los habían detenido, el transporte en vagones de ganado, apretujados y comprimidos como animales, sin prácticamente nada para comer ni beber, los gritos de las SS, los perros que ladraban, los golpes y empujones. En el campo: el miedo, el frío, el hambre, la angustia… Solo ellos podían explicarlo desde el sentimiento vivido más íntimamente. Ante ellos no valían libros, películas ni doctas explicaciones de especialistas o investigadores. Su voz, su testimonio, a menudo sin rencor ni odio, casi siempre con una sonrisa cuando se dirigían a los más jóvenes, ha sido la herramienta más poderosa para la sensibilización antifascista.

Pero ahora ya no están. Ya no los tenemos a nuestro lado. Nos queda su testimonio, sus historias, sus biografías (en los casos en los que se han podido escribir), la tarea que intentamos hacer como familiares, el rigor histórico de investigadores y profesores, y todo el material escrito y audiovisual que hemos ido recogiendo. Entramos en otra etapa, donde la lucha por la memoria y contra el fascismo nos exigirá, sin ellos, más esfuerzos por parte de todos.

Ya no podemos hablar con los exdeportados y exdeportadas, pero podemos visitar los espacios, los escenarios de sus historias. Espacios que también nos hablan, nos explican y nos ayudan a entender qué les pasó y cómo sufrieron.

Los viajes a los campos son ahora una gran oportunidad para acercarnos y acercar a los jóvenes a la realidad del fenómeno concentracionario del régimen nacionalsocialista. Es, seguramente, la parte más decisiva del proyecto Buchenwald y del resto de proyectos de la Amical y otras entidades memorialistas.

Dentro del Proyecto Buchenwald, se plantean tres salidas complementarias con la intención, si el centro lo desea y dispone de medios, de realizar las tres durante el periodo de desarrollo del proyecto, entre 4º de ESO y 2º de bachillerato. El objetivo es conocer in situ los principales escenarios de la línea histórica: guerra-exilio-deportación.

Primera visita: Los espacios de la Guerra Civil

Una visita inicial, durante el estudio de la Guerra Civil Española, a espacios emblemáticos como los de la Batalla del Ebro, en la Terra Alta o la Ribera de Ebro.

Los Espacios de la Batalla del Ebro, bajo la coordinación del COMEBE (Consorcio Memorial de los Espacios de la Batalla del Ebro) y del Memorial Democrático, incluyen 19 localizaciones históricas y cinco Centros de Interpretación: 115 días (Corbera de Ebro), Soldados en las trincheras (Vilalba de los Arcos), Hospitales de Sangre (Batea), Las voces del frente (Pinell de Brai) e Internacionales en el Ebro (La Fatarella). Estos espacios, o la visita al Pueblo Viejo de Corbera, ofrecen a los alumnos una visión real del conflicto y de lo que pasó en uno de los frentes más importantes de la guerra.

Segunda visita: Ruta del Exilio

Una salida de dos días para visitar la segunda parte de la historia: la retirada, el paso conflictivo por la frontera y la mala acogida del gobierno francés, con el cierre de cerca de medio millón de personas en campos de concentración franceses.

Esta salida, densa y rica en contenido, incluye lugares como el Museo Memorial del Exilio en La Jonquera, el Memorial de Rivesaltes o la Maternidad de Elna, donde se puede conocer la emotiva historia de la enfermera suiza Elisabeth Eidenbenz y el salvamento de bebés de Argelers. También se visita la playa de Argelers, hoy turística, pero que bajo la arena esconde el sufrimiento de los republicanos allí encerrados en pleno invierno.

En la ruta también se pueden incluir lugares como Cotlliure, con la tumba de Antonio Machado, o Portbou, con la fosa común de Walter Benjamin.

Tercera visita: El campo de Buchenwald

La visita al campo de Buchenwald es la culminación del proyecto, donde se conoce el destino final de aquellos republicanos luchadores antifascistas que, transportados en los trenes de la muerte, acabaron en Buchenwald, Dora o otros subcampos nazis. La visita al campo nos confronta con el corazón de la maldad humana y se convierte en un punto de inflexión para reflexionar sobre la humanidad y la condición humana.

Reflexiones e impacto en los jóvenes

Los jóvenes, estos adolescentes de 16, 17 o 18 años, a menudo seguros de sí mismos y contestatarios, cambian cuando entran en el campo. Sus rostros mutan ante los hornos crematorios o las torres de vigilancia. Caminando con ellos por el camino de la estación o el «camino del carajo» en invierno, los escuchas reflexionar:

«Vaya, si nosotros, con anoraks, botas y guantes, tenemos frío… esa gente debía pasarlo fatal.» «Ahora entiendo qué es el fascismo. Esto es la mejor vacuna contra el fascismo.»

Un día, un alumno de un centro se perdió durante la visita. Lo encontraron sentado en un rincón del campo, solo, meditando, intentando digerir lo que estaba viendo. Estas experiencias transforman a los jóvenes, y a menudo sus familias nos lo cuentan:

«Mi hijo ha ido a Buchenwald con vosotros y ha vuelto cambiado. Solo habla de eso. Ha madurado de golpe.»

Es aquí donde el proyecto Buchenwald encuentra su mayor impacto: educar, sensibilizar y «vacunar» contra el fascismo a las nuevas generaciones.

¡Síguenos en las redes!