Historia y datos relevantes
El campo de Buchenwald comenzó a construirse en julio de 1937. Los nazis deportaron allí a hombres, jóvenes y niños que no tenían cabida en la sociedad nacionalsocialista: opositores políticos al régimen nazi, los llamados “asociales” y criminales, homosexuales, testigos de Jehová, judíos y gitanos. Los primeros 149 prisioneros (comunistas, testigos de Jehová, homosexuales, gitanos y criminales) llegaron el 15 de julio de 1937. Provenían de los campos de Sachsenhausen y Lichtenburg y fueron destinados a construir el campo. Inicialmente denominado Konzentrationslager Ettersberg (Campo de Concentración Ettersberg), fue renombrado como Konzentrationslager Buchenwald a petición de la comisión de cultura de Weimar.
Más de 277.000 personas, de más de 50 nacionalidades, pasaron por el campo de Buchenwald, entre ellas 635 republicanos españoles. Aproximadamente 60.000 personas murieron allí, contando las muertes en los campos exteriores. Las causas de muerte incluyeron asesinatos, hambre, enfermedades o experimentos médicos. Más de 8.000 prisioneros de guerra soviéticos también fueron asesinados de manera sistemática por las SS.
Durante las épocas de mayor ocupación, el campo llegó a tener unos 65.000 prisioneros. Fue uno de los campos más grandes creados por el régimen nazi. Aunque inicialmente estaba destinado a prisioneros alemanes, pronto llegaron prisioneros de todas las nacionalidades. En el momento de la liberación del campo, el 95% de los prisioneros no eran originarios del Tercer Reich.
El campo contaba con 136 campos exteriores, donde los prisioneros fueron explotados de manera brutal. En 1944, las SS también se hicieron cargo de campos donde mujeres y niños fueron forzados a trabajar para la industria armamentística alemana. Buchenwald también fue un punto de partida para la deportación de niños y prisioneros enfermos a los campos de exterminio como Auschwitz. A principios de 1945, cuando las SS comenzaron a evacuar los campos del este, muchos transportes masivos se dirigieron a Buchenwald. Poco antes del final de la guerra, las SS forzaron a 28.000 prisioneros a participar en las “marchas de la muerte”.
El campo fue liberado el 11 de abril de 1945 por el Tercer Ejército de los Estados Unidos. Cuando los aliados llegaron a Buchenwald, las SS ya habían huido mayoritariamente. Unos 21.000 prisioneros, incluidos más de 900 niños y jóvenes, fueron liberados.
Se plantea un debate sobre si el campo fue liberado por los americanos o si la resistencia interna del campo jugó un papel clave. La resistencia, organizada y preparada, ya estaba lista para una insurrección, y cuando los americanos llegaron, abrieron el campo. Los sobrevivientes han destacado el papel fundamental de la resistencia interna en el proceso de liberación.
Desde 1945 hasta 1950, el campo fue utilizado como Campo Especial Núm. 2 soviético, donde unas 28.500 personas, incluidas 1.000 mujeres, fueron internadas sin juicios y por tiempo indefinido.
Para más información, se puede consultar el sitio web del memorial de Buchenwald:
El campo de Dora fue fundado en el verano de 1943 como un subcampo de Buchenwald, con el objetivo de trasladar las actividades de producción de cohetes de Peenemünde a instalaciones subterráneas cerca de Nordhausen para protegerlas de los ataques aéreos. Pronto, otros proyectos de armamento fueron desarrollados, y en el otoño de 1944 se unificaron los subcampos con Dora para formar el campo de concentración independiente de Mittelbau. La red de Mittelbau-Dora consistía en cerca de cuarenta campos situados en las montañas Harz.
Entre 1943 y 1945, unas 60.000 personas de casi todos los países de Europa, incluidos republicanos españoles, fueron deportadas a Mittelbau-Dora para realizar trabajos forzados para la industria armamentística alemana. Las condiciones en el campo eran extremadamente duras: falta de agua, electricidad e instalaciones sanitarias, lo que causó la muerte de uno de cada tres prisioneros. Las enfermedades infecciosas se propagaron rápidamente, y muchos prisioneros murieron en las galerías laterales de los túneles donde dormían.
Los prisioneros eran utilizados para la fabricación de los misiles V1 y V2, que más tarde se utilizaron en los ataques sobre Inglaterra y los Países Bajos durante la Segunda Guerra Mundial. Estos misiles, dirigidos por el ingeniero alemán Herbert von Braun, representaron los primeros misiles autopropulsados y jugaron un papel fundamental en el desarrollo de la carrera espacial. Los estadounidenses y los soviéticos aprovecharon la tecnología de los túneles para sus respectivos proyectos espaciales después de la guerra.
El campo de Dora es un ejemplo prototípico de trabajo forzado y de la manera en que los campos de concentración nacionalsocialistas fueron utilizados para la producción industrial. Hoy en día, los túneles no son completamente visitables, pero los visitantes pueden caminar por los restos de la producción y las instalaciones en ruinas, reflexionando sobre las condiciones extremadamente difíciles en las que vivieron los deportados.
La exposición permanente inaugurada en 2006 en Mittelbau-Dora presenta el campo como un caso de trabajo forzado y como un ejemplo de la integración de los campos de concentración en la sociedad alemana de la época.